Tiflis

La leyenda dice que Tiflis fue fundada por el rey Vakhtang Gorgassali, que reinó en el siglo V en el territorio de la actual Georgia. Un día, el rey habría salido de caza, y durante la cacería, el halcón real habría atrapado un faisán y habría desaparecido de la vista de los cazadores. Ambas aves habrían sido encontradas muertas en un manantial que, ante el asombro del rey y de su séquito, habría resultado ser de aguas calientes. Maravillado por aquel fenómeno natural y por la belleza de la zona, Gorgassali habría decidido fundar allí una ciudad y llamarla Tbilisi , del georgiano "tbili", que significa "caliente". Los investigadores sostienen, sin embargo, que Tiflis ya era una ciudad floreciente cien años antes del reinado de Gorgassali, y los primeros vestigios de asentamientos en los límites de la ciudad datan del siglo IV a. de C. A lo largo de su turbulenta historia, Tiflis ha sido repetidamente invadida por diferentes pueblos, destruida y reconstruida de nuevo. En los años 1845-1936, el nombre de Tbilisi es cambiado por el de Tyflis, y la ciudad pasa a formar parte del Imperio Ruso y posteriormente de la Unión Soviética. Desde 1991, Tiflis es la capital de una Georgia independiente y su ciudad más grande, con un cuarto de la población del país. La ciudad se extiende a lo largo de casi 30 kilómetros a orillas del río Kura, en un pintoresco y montañoso valle que recibe su nombre del de la ciudad. Tiflis es una ciudad multicultural y el núcleo más importante de la vida económica, industrial, religiosa y cultural de Georgia, así como un destacado nudo de comunicaciones. En nuestros días, cuando Tiflis aborda un convulso desarrollo relacionado con su modernización, siguen teniendo vigencia las palabras de un viajero que en el siglo XIX diría: "... Tiflis es una especie de Jano, una de sus caras mira hacia Asia y la otra en dirección a Europa ".